A veces la olla despega antes que los aviones que están en el hangar, y con unas pinzas en el mango hace una cuerda cruzada y alza el vuelo. Le reslulta muy fácil pues es redonda y está hueca, y solo hay que llenarla de aire. A veces el aire está contaminado, y por algún motivo denso hace que vaya un poco más rápido. Pero no puede respirar, porque es a presión, y a esas alturas es muy fácil desconcentrarse y confundir o cambiar el objetivo. Se puede viajar durante días pero al final hay que volver al hangar, con el resto de aviones de bajo coste. Y al fin y al cabo es una olla, y aunque a veces se le vaya, al final vuelve a su tamaño diminuto, en el nido de su horno que es donde más cómodo y seguro se está. Pero algún día la olla explotará, es ley de vida, ya seas Jesús o un dinosaurio. En una cebolla verde te convertirás. Sí. Tú. Lector. Ollas.
lunes, 12 de marzo de 2012
Idas de ollas.
A veces la olla despega antes que los aviones que están en el hangar, y con unas pinzas en el mango hace una cuerda cruzada y alza el vuelo. Le reslulta muy fácil pues es redonda y está hueca, y solo hay que llenarla de aire. A veces el aire está contaminado, y por algún motivo denso hace que vaya un poco más rápido. Pero no puede respirar, porque es a presión, y a esas alturas es muy fácil desconcentrarse y confundir o cambiar el objetivo. Se puede viajar durante días pero al final hay que volver al hangar, con el resto de aviones de bajo coste. Y al fin y al cabo es una olla, y aunque a veces se le vaya, al final vuelve a su tamaño diminuto, en el nido de su horno que es donde más cómodo y seguro se está. Pero algún día la olla explotará, es ley de vida, ya seas Jesús o un dinosaurio. En una cebolla verde te convertirás. Sí. Tú. Lector. Ollas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario