sábado, 20 de noviembre de 2010
jueves, 4 de noviembre de 2010
El Ibicenco
Mora la vieja y nueva morada,
más bien solera de testa firme,
pues se acerca a la suya estirpe
de quien asoma por la ventana.
Salve a la negra y al displicente
de los novillos que alli descansan,
sufren las aguas que mucho estancan
como las tinas del aguardiente.
Clamo a los cielos por ferviente fecho,
el hambre y sequía demostraron
y los manjares.
Sed de gloria y frustrado el lecho,
ellos que alli un dia nacieron
de los linfares.
más bien solera de testa firme,
pues se acerca a la suya estirpe
de quien asoma por la ventana.
Salve a la negra y al displicente
de los novillos que alli descansan,
sufren las aguas que mucho estancan
como las tinas del aguardiente.
Clamo a los cielos por ferviente fecho,
el hambre y sequía demostraron
y los manjares.
Sed de gloria y frustrado el lecho,
ellos que alli un dia nacieron
de los linfares.
El Ruiseñor
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